Cuando
terminábamos esta decimonovena edición de
Macroeconomía,
la economía estadounidense había caído
en
una profunda recesión, así como en la crisis financiera
más
importante desde la Gran Depresión de los
treinta.
El gobierno federal había invertido cientos de
miles
de millones de dólares para proteger la frágil red
del
sistema financiero estadounidense y, ciertamente,
de
todo el mundo. La nueva administración del presidente
Obama
había trabajado con el Congreso para
lograr
la aprobación del paquete de estímulos más
grande
de la historia estadounidense. La debacle económica
y
la manera en que los países respondan a ella,
darán
forma a la economía estadounidense, a su mercado
laboral
y al sistema financiero mundial en los años
por
venir.
Sin
embargo, debemos recordar que la crisis financiera
de
2007-2009 se produjo después de más de medio
siglo
de aumentos espectaculares en el nivel de vida de
la
mayor parte del mundo, en especial en los países
afluentes
de América del Norte, Europa occidental y
Asia
oriental. La gente se pregunta: ¿se repetirán los
éxitos
del siglo pasado en el siglo xxi? ¿La riqueza de
los
pocos se repartirá entre los muchos de los países
pobres?
¿O los caballos del Apocalipsis (el hambre, la
guerra,
la degradación ambiental y la enfermedad) continuarán
difundiéndose
hacia el norte? ¿Tenemos la
sabiduría
para darle nueva forma a nuestros sistemas
financieros
de tal manera que continúen proveyendo
las
inversiones que han alimentado el crecimiento económico
hasta
este momento? ¿Y qué debemos pensar
acerca
de amenazas ambientales tales como el calentamiento
global?
Éstas
son, en última instancia, las preguntas que
deseamos responder en esta nueva edición de Macroeconomía.
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